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25 de agosto de 1997

ARENAL I y II

ARENAL I

Reconstrucción de los húmedos folios del presunto maestro y visionario Sebasté de Sebastianes.

Lo más probable es que Sebasté, mi buen y estrafalario camarada, no supiese de la existencia de una calle con este nombre allá por Blanca de los Ríos. Bien se podría denominar esta propuesta como Calle del Éxodo, pero no es la intención del apócrifo maestro el ir por las esquinas rotulando. Por eso es preferible mantener su intención y si el lector lo prefiere lea Éxodo donde Sebasté escribe Arenal, a él le daría igual, estoy seguro.

Tras el merodeo con que suele acometer sus exposiciones nos invita a un "garbeo evocador" y nos convoca a una "cabalgata de figuras grotescas y deformadas” Se refiere a la comitiva de nuestro pueblo saliendo por la Puerta de Tierra acompañados por las autoridades civiles y militares: “...y son esas figuras mamarrachas e informes quienes conforman la autentica comparsa partiquina, y no lo contrario como pudiera parecer a primera vista. Comparsa que ha pretendido y detentado el protagonismo de una historia que, por exigencias escénicas, nos ha desbaratado la existencia misma, o al menos, y contra los excesos, trastocado... Por este arenal, sagrado erial de nuestros pálpitos, se desarrolla el realmente lamentable espectáculo de calle: El Éxodo…” “el salir con una mano delante y otra detrás, como reza el fandangario. No hay dramaturgia hispana que nos haya ofrecido aún una representación con los acentos que tiene el happening del seis de agosto, canicular y termidoriano, de mil setecientos cuatro, año de desgracia sin lugar a dudas. Permítaseme que acentúe, en un destaque de divismo, al autentico protagonista de la función, de los hechos: Nuestro Pueblo.”... “Dejemos a la comparsa grotesca y chabacana para una próxima ocasión, y hagamos una seria representación callejera sin olvidar el tono festivo que caracteriza a nuestra mejor tradición dramática.” Tras una larga perorata concluye en un afán de unidad campogibraltareña, reclamando matices incontestables... “Tan noble intención no excluye a nuestros abuelos calpenses: ¡Oh casualidades!, abueletes son también de muchos campogibraltareños, hermanados con nosotros por estas modorras históricas escritas a la alpargata, en su día abarcas de estúrdigas (sic. Por estórdigas o túrdigas) sobre esta página de arena. Sirva esta reflexión como recuerdo al resto del Pueblo Español y no para deshermanarnos de nuestros queridos vecinos.” Cierto que Sebasté profesa gran cariño a los gibraltareños del otro lado de la verja.

            Continua: “Tras la pérdida de la ciudad bajo la cumbre - Tartesio-ibérico (sic), KalBe > Kalpe= Bajo la Cumbre- y la resultante urgencia por el expolio, a aquellos se les abre la puerta del Éxodo. Y ante ellos un arenal con una gran laguna salada rodeada de yerba inculta, incluidos tagarninas y cadillos, y toda la fauna rastrera, con perdón, justo es decirlo y qué se le va a hacer, que, aún como página en blanco, se ofrecía más mondo y lirondo que hueso de las hambrunas. Eso, antes de llegar a las huertas y viñedos, que desde siempre hermosearon la parte ancha del istmo (Ibíd., Sabá = Ancho)” Es preciso aclarar que en estas apreciaciones lingüísticas coincide con algunos de los trabajos del responsable del ramo en la Universidad de Alicante, Prof. Román del Cerro. Tras muchas lamentaciones, que ya hemos leído en muchas ocasiones, nos aclara: “...no temáis que quien suscribe no vive de pasado, ni siquiera de presente... Somos una extraña gente alimentada de futuro con algún que otro recuerdo razonable y razonado... y mil perdones…” “El presente nos es más que una estancia mutable donde elaborar el futuro.” Es preferible ahorrarles el extenso guiriloquio para entresacarles algunos detalles como este, refiriéndose al istmo: “Este terrario... testigo de las mil pictóricas y pintureras maneras que nuestra fisonomía ha evolucionado en mil sesiones de maquillajes y camuflajes que nos ocultan, sobre todo a nosotros mismos, nuestro semblante, el autentico.” ... “Veámonos reflejados… (¿sobre? ¿ante? ¿en?) …estos espejos de arena.” Se percibe en sus intenciones que trata de rescatar la memoria de aquellos hechos sin precedentes y que han configurado nuestra personalidad colectiva. Sebasté cree firmemente que “somos una sociedad traumatizada por unos hechos y que se necesita superarlos por medio de la cultura como vehículo del conocimiento”.

            “El mismo día de la caída de nuestra Ciudad, los tres puntos filipinos que mangoneaban la estrategia, Rooke, Landgrave y Armstad - tocayos Jorge los tres, ¡la teba mara, les Yordis fotús! (sic)- ya se chalaban recorriendo las murallas y admirando nuestra hermosa ciudad. Como compadres que se cuentan las escaramuzas de la francachela, se van a estirar las piernas, a inflarse y a extender sus colas de vistosos plumajes. Entre trolas rituales, que las hay en todo regodeo triunfal que se precie, y alabando cada uno a su dios por lo tirado que lo tuvieron ya que ¡cincuenta hombres podrían haberla defendido contra cincuenta mil!” (Son subrayados de de Sebastianes tomados de los textos históricos)...“Entre los regocijos por la bicoca de referencia, lo cierto es que hay cronistas que cuentan que reían los muy lambuzos…Ya se frotaban las manos pensando en Ceuta. Por cierto que la hermana Ciudad no tiene calle nominada en esta villa... Ya me imagino al Roque, que era el más malandrín de ellos, haciendo planes y planeando sobre las siete colinas del otro lado del Estrecho. - Ceuta viene de Septa, siete, que son siete las colinas que la rodean, según dicen que yo no las conté. La arabía carece del sonido pe y dicen Sebta- ...” A continuación plantea extensas consideraciones sobre los motivos y pormenores de la rendición de la ciudad. Detalla el rapto de unas mujeres que se produjo, “si fue tal”, por gente británica al mando del Capitán Whitaker.” Convoca al Cura Romero, que “tampoco tiene calle en ésta”, citándolo textualmente: “...mas fue tanto el horror que habían causado las bombas y las balas que de mil vecinos que tenía esta ciudad quedaron tan solamente hasta doce personas, abandonado sus casas, bienes y frutos”... Secundum Romero.” Se interesa por al trasunto humano del exilio y, en un dialogo delirante con la figura de Romero: “Innúmeras lácrimas Calpenses, fundite cives, Urbs celebrata...” concluye y traduce“, en idioma católico y epigramático, el Cura Romero nos hace el introito de la partitura: Llorad inconsolables ciudadanos de Calpe. La ciudad por tantos celebrada se ha derrumbado”... “fue ese día un miserable espectáculo de llantos y lágrimas de mujeres y criaturas viéndose salir perdidos por esos campos en rigor de la canícula... Romero dixit. ” ... “Los más se quedarían, aquellos nuestros abuelos, por estos pagos gibraltareños, sin duda, al cuidado de sus viñas y huertas, del istmo para acá todo era Sabà o Zabal, con sus parentelas y servidores, todos abuelos y abuelas. Amén de la gente llana que se iba rezagando a la espera de mejores momentos antes que irse arrastrando cual lagartija de los eriales sin saber adónde ir o si volverse a sus domicilios fiscales.”

            “Muy probablemente por desidias, descuidos por triplicado, oficios pendientes de timbre y firma: deméritos tradicionales tan nuestros, se la llevó..., nuestra ciudad,... el Almirante Roque, más listo que grumete espabilado...; quitándosela de las manos a los mandaretas de turno. El pelele de Jordi (sic) Landgrave de Asia, Virrey de Cataluña - ¡la mara que ta parit! (sic)- , es más monigote aún”... “Ya veía la parroquia como, entre redobles, cambiaban de rey de un banderazo y de pronto de reino a cargo del Capitán Hicks, siguiendo las órdenes del mencionado Roque, con el subrayado musical de un pífano y un tambor, y en nombre de la reina Ana Stewart.” Es obligado subrayar el estruendoso catalán de Sebasté.

            No deja pasar la oportunidad cuando afirma: “No son estos Stewart de la estirpe imprescindible de James Stewart. Esta casta es la que mutó su Stewart por Stuart y luego Estuardo. Do you know? Por ventura que ¿se podría traducir Stew-art (Stew=guiso) por el arte de los guisotes o arte culinario? Que quién iba a decírselo a ella, a la graciosa queen de entonces, y cuando se iba a ver en otra: ni se esperaba reinar. Que también tuvo ella sus devaneos sucesorios y remiendos en el armiño... Inconvenientes que se solucionaron -¡Ay!- en las sacristías del protestantismo, entre los paternósteres en latinglish y aguabendita destilada por sus entresijos, no blended of course. Ni mucho menos esperaba ella -¡Otroay!- enriquecer su corona con nuestra ciudad y sus edificios y sus puertos y sus plantas y sus gorriones y sus glacis y sus monos… El mono Harold sigue agradecido a su nutritius sargent. (sic) Mono travieso y famosísimo por la guerra que ocasionaba a sus cuidadores, ¡Vaya usted a saber, Mr. Hassán¡”

Pol lo visto Sebasté ignora que no había monos en Gibraltar en ésos momentos, su asentamiento es muy posterior. Lo que sí parece cierto que Sebasté profesó sincera y profunda admiración hacia Sir Joshua Hassan, a quien dedicó un extenso y amenísimo epistolario. No hay constancia de que Mr. Hassán le correspondiera. Sólo se conservan fragmentos de copias de cartas... o cartas que no fueron enviadas: no se puede asegurar. Se puede deducir que de Sebastianes participó en alguna de las tertulias de la inolvidable librería Tabera con los entrañables e inolvidables Pepe Tabera, Fakundo, Bacarissa, Asagury, artistas para el recuerdo, y el propio Hassán, Salvador para sus amigos españoles, que los tiene y muchos.” Datos que nos confirma el muy ilustre D. Francisco Tornay, indudable maestro de callejeros reales, quien un día tendrá calle en La Línea por su exhaustiva dedicación al Archivo Municipal. Labor digna de mucho más reconocimiento... Evidentemente el Muy Honorable Mr. Hassán aun vivía cuando Sebasté hace referencia a su inolvidable persona.

            “¡Ay, don Salvador! que nos quedamos sin puerto desde entonces, según se ve... ¿O no? Y es que las hay con real suerte..., por muy pucherario y cazoletero que fuera su apellido... y todo gracias a los desvelos de otro tan buen vasallo como el Duque de Marlborough, fíjate tú la rubia casualidad y que parece cosa de ensalmo la premonitoria onomástica en cuestión.” Sin comentarios. “¡Ay! Duquesito llamado Churchill, por cierto como el otro Churchill que se llamaba Winston...” Menos comentarios. “…pero sobre todo a los del Sir Roque el listo... ¡Qué buen vasallo!, que dice la milonga anónima y que no tuvieron los nuestros, más dados a acumular purinas para sus gotosos pasos por el mundo, si oviese buen señor”, que remata el cante.
            “Y a todo esto nuestro pueblo, como todos los pueblos, ajeno a los repartos y a los vaivenes de las demencias coronadas de entonces, a los Jordis o Yoryis de la época... Qué ajenos nuestros abuelos... qué ajenos nosotros, todavía. .. y continuamos pagando la hipoteca tras el desahucio... Y a pesar de ello nos dejaron, envueltos en laureles, bustos de oropel en mitad del arenal con las prisas y el sofoco del embargo.” Sebasté odia a D. Diego de Salinas, como veremos próximamente. “Consecuencias de los follones en que nos suelen meter apelando siempre a lo más sagrado. Y después los pueblos, más listos y nobles que la mismísima sal de la tierra, se unen en vida ilusionada y currante, olvidando lo inolvidable; sin perder de vista a los mandaretas que se suelen columpiar en los cuernos de la Luna. Isn't that so?... So. Y es como debe ser y como manda Endivé, Endovélico para sus adeptos, porque la nobleza de los pueblos es la más edificante; pero sin perder de vista los tropiezos escritos en roman paladino por mequetrefes analfabestias o por venerables y despistados doctores de la infamia universal, o por la buena gente de voluntad y ahínco que suele meter la gamba.”

Continuará por estos andurriales con otra propuesta para recuperar.

Europa Sur, 19 de agosto de 1997

ARENAL y II
                                                                                                                                           
Reconstrucción de los húmedos folios del presunto maestro y visionario Sebasté de Sebastianes.

            Continúa de Sebastianes por los comienzos de agosto de 1704 y con estas reflexiones concluye el episodio del Éxodo. “¡Ay! Cómo no dedicar a este Arenal si no una avenida al menos una reflexión sobre nuestros cimientos.” Continúa dirigiéndose a los munícipes como legítimos representantes de los linenses.

            “Harto de suscribir alevosamente y eso lo saben ustedes, y tras apelar a los mejores criterios que fueren posibles, les propongo concluir esta vueltecita por una inexistente calle. Y es a través de este Arenal, que es nuestro más estimado suelo y hábitat adoptivo, por más que definitivo ya, por donde se desarrolló una cabalgata de figuras grotescas y deformadas que acompañaron a nuestros antepasados. Les propongo el peripatético juego, que no es otra cosa que el facer (sic) aristotélico de aprender caminando. Aprender, o enseñar, o ambas cosas a la vez. Paseando se aprende, que dijo no sé qué laureada y salpimentada poetisa de las floridas alamedas… Los hechos sobre los que se pretende reflexionar son los que se desarrollan durante los deplorables inicios de aquel agosto de mil setecientos cuatro del calendario gregoriano. Lo del gregoriano, mil quinientos ochenta y dos, no es adorno sino que tiene su enjundia porque los gran británicos no se avinieron al nuevo cómputo de los días sino hasta septiembre de mil setecientos cincuenta y dos, estos tardan pero acaban aviniéndose.”... “Hasta ese año existe un desfase de catorce días, más o menos, por los pluses acumulados... Eso y otros detalles pueden confundir a la clientela ávida de literatura histórica, como es el caso del que suscribe.”... “De hecho hay aficionado, y de muchísimo fuste, aun publicaciones notorias, que se han mosqueado un tanto con el desfase.”

            “Los bípedos más o menos pensantes, que de todo hay, desde que el mundo es mundo, han recurrido a juegos rememorativos en donde se disfrazan al modo de sus ancestros e incluso imitan sus voces. Mitificando, o no, representan con el propósito de establecer los objetivos primordiales de su presente y futuro. Así resultan estimulados por sus raíces contenidas en la memoria colectiva. Es de pretender, sin mitificar sino todo lo contrario, que nos marquemos un garbeo evocador siguiendo las huellas de aquellos que, si no son parientes carnales de todos, son paisanos de nuestras carnes, porque es preciso considerar linenses a quienes así se precian de ello. Y si no, pensemos mientras caminamos... Más nos valdría denominar una calle a todos los que han venido a esta ciudad derrochando nobleza currelante, no a los hijos de la bucanería internacional que se han despachado a gusto dejando los insultos y las rinconeras para nosotros...  La canalla cuando se va de estos pagos suele sentir imprevistas vergüenzas patrias que por lo visto hemos de purgar los linenses. Yo, Serenidades, nombraría a una de nuestras vías como Calle de los Bienvenidos y me quedaría más ancho que largo, y los Malvenidos que se pudran de una vez por el bien de la tierra...” En este punto de Sebastianes hace una dilatada reseña sobre Baldrich en tono admirativo por la “dedicación del maestro de periodistas y tantas otras artes calimarias (sic) y por mantener viva la memoria de aquellos hechos y los que de ellos se derivaron”. Dice Sebasté que hizo suyos los penosos días alicantinos compartiendo versos y cebollas escarchadas de estrellas; y no duda Sebasté en llamar a mi querido y respetado amigo Gabriel como “ínclito maestro de los pasados entuertos con y sin respuesta posible” en un apartado titulado “La razón del Capitán Baldrich.” Con lo que hace alusión al libro de Baldrich: “Tenias razón, Capitán.” Concluye la reseña pidiendo “a Gabriel Baldrich, linense y de los buenos, hay que dedicarle si no una calle una hermosa glorieta en la que haya un aire de copla y farándula que invite a pensar en los adentros del alma.” Confiesa haberse emocionado cuando le escribieron, debería estar disfrutando de uno de sus exilios, dándole noticia del premio de la Canción Andaluza de Jerez con su “Tira tu silencio al rio” . Canción que con música de Rafael Jaén, que si que tiene calle, defendida por Roque Montoya Jarrito, que tampoco tiene calle.” Dice Sebasté: “y la emoción me embargó cuando me dijeron que, emocionado mi querido Gabriel y desde el escenario del Teatro de los Salesianos, ofreció su éxito a su mujer e hijas... Y hubo emoción, la emoción del éxito y del reconocimiento...” Remata un tanto entristecido: “sé , Venerables Gracias, que no me harán caso en esto tampoco, pero emplazo a futuras generaciones a que admiren este rótulo que vaticino...” Tal cual reproduzco y... a entender que son muy libres. Continúa…

            “Antes que caer en los rigores del historiador, quede claro que esto sólo puede ser entendido como un hecho poquiliterario.” No se olvide, además, que se trata de la reconstrucción de los pliegos sebastianos, justo es recordarlo y disculpar sus lagunas. “Me basta”, continúa Sebasté, “recomendar detenimiento sobre diversos puntos flacos en la Memoria, nuestra Memoria. La intención es que cavilemos, o hacerles cavilar si aceptan el juego. Tomen Vuestras Benevolencias estas palabras como disfraces constructivos. Y que si los hechos que se quieren representar son espinosos y lamentables, por no decir dolorosos, sirvan para hacernos una idea de lo que tenemos un tanto dejadillo, es decir: tenemos ya muy asfaltado el Arenal. Derrochen sus amabilidades y compresiones, que siempre fue mi Pueblo de lo más comprensivo y tolerante”.

            “Se da uno de boca y sopetón con algunos detalles, en los relatos de la caída de nuestra ciudad, que más que clarificar nos hacen dudar de manera muy sugestiva, aunque confusa. Tantos son los traspiés, quesiqués y retuerce cocos que bien merecería el esfuerzo realizar algún tipo de actividad docente , no sé yo si aleccionadora... con especialistas de ambas naciones, tal vez incluyendo a lesanfandulapatrí ya que en la merienda rompieron más de un cacharro sin pagar los tiestos. Setadir: a la gabacha manera... Y es que estos episodios son muy europeos y quien quiera entender que entienda...” Un poco exagerado Sebasté, en lo del acto académico, pero cierto es que hay de algo habría que hacer alguna vez. Suscribo las quejas de Sebasté diciendo que siempre se hace poco en aspectos culturales. “No es intención de este paseíto el enderezar tanto vericueto ni renglones torcidos a cargo de los creadores de la historia, o para ser exactos de los recreadores de los hechos; que a veces son de un burdo que tira de espaldas e incita al pateo y al abucheo. No, lo nuestro es situarnos en nuestra propia encrucijada. De cualquier manera es recomendable contrastar: sacar Historia de entre las historias.” (Sebasté dixit.) 
            Vuelve a situarse en Puerta de Tierra. “No debe ser muy llevadero verse obligado a salir de casa con lo puesto, pitando y con la levantera que tendría que hacer por aquellos días agosteños. Se insiste, desde las crónicas, en lo del calor que hacía... era agosto ¡jopendaimer!. Refrescaría por la noche, sin duda. Alguien ladraría una conseja de chaquetita, o un yampa (sic, el espanglish), por lo del relente y alguien recomendaría premura, salir zumbando ante la perspectiva de que hicieran beicon de sus lomos.” “Debió ser, bromas aparte, un penoso paseíto por la orillita del mar, por allá donde crecen las hermosas tagarninas de las que daban buena cuenta en sus días las vacadas palurdas que allí pastaron. Dicen que, durante la caminata del destierro y hasta llegar a Carteya (hoy refinería.), muchos murieron de hambre y sed ... Y no cabe sino apreciar un tantito de exageración por parte del cura Romero, curate exagerate (sic), y según López de Ayala. Don Ignacio, jesuita de Grazalema que casóse, se supone que aparte tendencias lógicas, por disimular su filiación. -¡País, este ...!.   que maridó el reverendo con una tarifeña por cierto; y que no tengo nada en contra de matrimonios ajenos...” (Algún día saldrá a relucir el famoso y celebrado matrimonio de Sebasté. Acto que causó sensación en la ciudad, y que los buenos aficionados al copeo fino recuerdan con lágrimas de risa. Cuentan las crónicas de los antiguos sindicatos de cocheros que no hubo nada igual en la historia de la ciudad...  Lo dejaremos para una próxima ocasión. ) Continúa Sebasté: “También exagera el padre Iñaki, porque con las provisiones que les permitieron sacar: ...pan, carne y vino, para seis días de marcha… : no es para tanto, digo yo. Con esos mandaos (sic) ya se puede tirar hasta Carteya y algo más, por mucha malange (sic) que tuviera ya el vista de aduanas de aquel día. ¿Quién sería él.? ¿El Capitán Hicks y sus gurkas? Lo cierto es que con aquellos seis puntos de la capitulación no hubiera sido muy duro... si se hubiesen cumplido, my friend... Pero tampoco es de extrañar, my darling del arma mía, conociendo el percal… y la franela.”
            “Se desprende de las acotaciones que algunos paisanos se quedaron dentro de la ciudad, a pesar de las represiones; que las hubo depravadas y sangrientas, como siempre que un semejante nos asalta y nos toma a sangre y fuego y nos deja tomados y abandonados en la fogata, inquisitiva siempre, del vencedor. Muchos volvieron, no falta quien lo atestigua, se la jugaron y tal vez les fuese mejor... o peor según se mire... Ya es tarde para el reporte (sic), my friend... Todo esto es más creíble que morirse de calor durante el picnic por Benalife y hasta Puente Mayorga. No fue tan bíblico el éxodo como se pretende, sino que cada oveja se iría con su pareja y cada mochuelo con su mochuela. Y la nobleza, evadiendo a sus fincas y palacetes de Tarifa, Medina, Ronda... Dicen los más resueltos que con estas evasiones de capital se inicia un empobrecimiento geométrico. ¿Origen de nuestra actual descapitalización y decapitación posterior.? Yo de caudales no entiendo...Los no tan pueblo-llano sí que sabían adónde iban... Siempre saben y tienen dónde ir. Y si había viñas y huertos por el camino bien habría buenos pozos como para no morirse de la sed. Porque pozos, los hubo y los hay, y, por muy mal que estuviese ya la aduana, las provisiones eran suficientes.

“No dejemos de pensar, un poco al menos, en qué puñetas hacemos en medio de estas parcelas hortelanas, que en su día lo fueron y de ahí los vericuetos de nuestras aceras. Todo tiene una explicación en la Memoria y nuestras entendederas siempre fueron zabaleñas.” Debe referirse Sebasté a la anchura a partir del istmo. “Despejemos nuestras telarañas de las antiparras y sus Benevolencias piensen en las mejores musarañas que puedan. Ponderemos que aquí, en este Arenal, seguimos tomados, dados y vencidos. Pero tan dados y tomados como vencidos por nosotros mismos. Plugo a los dioses que nuestro propio pueblo, con su abulia, no se sume a lista de nuestros enemigos tradicionales.” Creo que le hago un favor a Sebasté, en el fondo me lo hago yo, eludiendo citar a los dos enemigos tradicionales a los que trata como autenticas bestias negras... Así yo también me guardo de sus poderes... “Que siempre se sabe quien teje las abulias de los pueblos.” Concluye “Aprendamos nuestra historia y repitámosla al dedillo y cantando al mismísimo lucero del alba y a los mandaretas mismos”

            “Arenal, de La Línea o de Gibraltar o de San Roque, debería ser una avenida amplia y llena de arboles y gente, de hermosas muchachas y gorriones,... que arranque desde lo más cerca posible de esa Puerta Tierra por donde se salió un día. Una calle que reproduzca, en la medida de lo posible , y de la imaginación del paseante, un monumento alegórico al recorrido por estos arenales de aquella desarmada tropilla, y con un hito en nobilísima piedra gris, que bien nos podría ceder el City Council como prueba de nobleza, que sí que son muy nobles. Un hito con un leyenda “Caminante ve y di a España...”

Europa Sur, 25 de agosto de 1997

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