Viene el mar con naufragios de baladas.
Trae un relincho de quillas y tridentes,
y la fiebre del mundo en su galope
con veneras y aguajes del bajío.
Trae gargantas y voces de atolones,
con la furia rugiente de la espuma,
trae los pies y las manos de galernas
con idiomas en sartas de corales.
Viene el mar con sus olas y sus cascos
a la orilla que el bosque le permite,
a inundar con escamas la ciudad.
Viene el mar a las fuentes de agua dulce.
Viene el mar, tras besar la boca al hielo,
a besar en la boca a sus ciudades.
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